Tipografía con enfoque generativo inspirada en Víctor Vasarely

GAMMA

Investigadores:

Laura Meseguer, diseñadora de tipos digitales con una reputada experiencia internacional, y con numerosas publicaciones y fuentes propias.

Ricardo Campos, especialista en estrategia en arte, diseño y tecnología (investigador en IA aplicada al diseño y al arte).

Karen Vinueza, directora de arte y especialista en inteligencia artificial generativa.

En este artículo queremos compartir de la manera más directa y clara posible, todo el conocimiento y experiencia que obtenemos al trabajar e investigar con las herramientas tecnológicas disponibles, y cómo estas afectan a la creación y uso de la tipografía.

Lo aquí publicado no tiene por qué ser lo único, ni lo definitivo, pero sí que es contenido que hemos procesado y analizado con detalle. Lo actualizamos en función de nuestros nuevos descubrimientos, y las aplicaciones que vamos detectando o generando.

Marco de investigación: La tipografía y Víctor Vasarely

Mucho antes de convertirse en el padre del Op Art, Victor Vasarely (1906-1997) diseñaba letras, rótulos y sistemas visuales en Budapest. Estudió diseño gráfico, cartelismo y tipografía en la Academia Műhely, inspirada en la Bauhaus.

Sus primeras obras, como la caligrafía a pincel que se puede ver en la obra Flair (1936), la elegante firma en su fotomontaje Modiano (1929) o los patrones recortados para decorar fachadas de edificios, ya mostraban su buen ojo para la forma, el ritmo y la composición. Incluso en carteles y señalética, la tipografía nunca fue secundaria para él: el espaciado, el peso y el contraste eran tan intencionados como en una página impresa.

A lo largo de las décadas de 1960 y 1970, esa forma de pensar tipográfica la transformó en geometría óptica. En Kass-III (1974), cada cuadrado de color se percibe como un glifo de un alfabeto modular, dispuesto con la precisión de la composición tipográfica. En sus espirales en blanco y negro, las astas gruesas y finas recuerdan a las letras de palo seco condensadas, pero con distorsiones que rompen la cuadrícula, como una tipografía experimental que desafía las reglas. Estos ejemplos son solo una muestra de las obras que se pueden admirar en el Museo Vasarely en Budapest.

Modiano
Kass-III

A raíz de esto, la elección de Vasarely como referente no es casual; nos inspiramos en su legado artístico y visionario, para construir un vínculo entre su obra y las abundantes posibilidades de la creación generativa. Sus obras, construidas sobre variables cromáticas sistemáticas y formas modulares estandarizadas, se convirtieron es sistemas algorítmicos que, en muchos aspectos, son similares al desarrollo de la computadora (Morgan, 2004). De tal manera que esta exploración nos invita de modo extensivo a la inspiración, el pensamiento crítico y la indagación.

En esta creación tipográfica, la herencia de Vasarely se apoya en:

  • La estructura, explorando la capacidad de construir módulos cúbicos, generar profundidad mediante caras diferenciadas y la composición de un volumen único consistente.

  • La percepción, estimulando la vista bajo un efecto de movimiento e ilusión tridimensional.

¿Cómo trasladamos la potencia geométrica y perceptiva de Vasarely al universo tipográfico contemporáneo, asistido por las herramientas generativas? La respuesta nos ha llevado a examinar la propuesta artística y generativa bajo el rigor técnico, con el objetivo de generar un alfabeto que dialogue entre lo óptico y lo funcional.

Este proyecto busca abrir nuevas rutas no solo en el ámbito tipográfico, sino también en su intersección con el arte y la tecnología.

Integrando la Inteligencia Artificial en el proceso tipográfico

Dos obras de Vasarely muestran el camino de partida (Imagen 01 y 02), y otras más acopladas a estas referencias serán la información visual con la que empezaremos a trabajar. Al observarlas, evidenciamos el juego extraordinario entre la simetría, el color y la profundidad, haciéndonos sumergir en un mundo de ilusiones tridimensionales sobre un plano bidimensional. Es así como el artista lograba evocar una sensación óptica y movimiento visual a partir de formas estáticas, “convirtiendo el goce de la creación en la interacción con el espectador” (Solana, 2018). La maleabilidad y el ritmo intrínsecos de estas figuras geométricas abstractas es precisamente lo que queremos infundir en cada letra de nuestro alfabeto.

Imagen 01: Pintura acrílica, 1973. Museo Vasarely. Código: V.219

Imagen 02: «Xico 1», serigrafía sobre papel, 1973. Colección privada. Ref Collector Square: 38 95 49.

Hoy en día, para introducirnos en otra dimensión del diseño tipográfico, es importante que integremos como socio estratégico y catalizador a la Inteligencia Artificial. Nuestra intención es muy clara: ir más allá de lo decorativo y crear una tipografía a medida. Y para lograrlo, hemos trabajado en un proceso con distintas vías de experimentación y análisis:

Inicialmente, nos pusimos a indagar con varias IA generativas visuales, como ChatGPT, Krea, Visual Electric, OpenArt, LeonardoAI, Ideogram, Deep Dream Generator, Freepik y ComfyUI de Stable Diffusion. A partir de las obras seleccionadas de Vasarely, les pedimos que crearan sus propias versiones, ya que la idea era ver cómo cada una de ellas interpretaba el estilo del artista. De esta manera, pudimos obtener unas primeras pruebas visuales.

Para dirigir más cuidadosamente los resultados que queremos obtener, descartando la aleatoriedad, hacemos un proceso quirúrgico y estratégico con respecto a la selección, estandarización, organización y preparación del contenido de información con la que entrenamos a la IA. Algunas herramientas IA demuestran que su aprendizaje es más ajustado, según la minuciosidad de sus opciones. En este marco, se trazó la búsqueda de cinco letras del abecedario (A, B, C, D y N). Algunos resultados son más cercanos a figuras geométricas como la del referente y otras, manteniendo el estilo y sus principios, se acercan más a la percepción visual de la letra.

Primer resultado:

Segundo resultado:

La disparidad, a pesar de los ajustes en el entrenamiento, se debe a una principal característica de las herramientas IA generativas: lo que producen no es un gráfico vectorial, sino una imagen. Cada vez que buscamos un resultado, se construye la imagen mediante píxeles, que por su disposición y transiciones de color, causan sutiles o marcadas diferencias.

Llegado a este punto, es importante un detallado estudio de las últimas construcciones generativas. Mientras que la IA se enfoca en la presencia de características generales, desde un enfoque enteramente visual; en este caso, Laura Meseguer examina factores de coherencia estructural y de identidad.

Vasarely utiliza la modularidad para crear obras pictóricas y escultóricas en base a la repetición e unión de esos elementos. Desde ese lugar parte Laura: la definición del alfabeto como un sistema, donde se combinan elementos o partes que pueden aparecer en diversos caracteres, por ejemplo la letra “i” de caja baja es idéntica al asta vertical de una “n”. En el caso de la tipografía modular, le llamaríamos módulos. En nuestro ejercicio hemos querido ir más allá y no nos quedamos en al repetición de módulos sino que exploramos la arquitectura tipográfica como un sistema, dándole coherencia estructural.

Escogimos dos letras muy diferentes generadas mediante IA; la “A poliédrica” y la” B sólida” En ambos también se tiene el cuenta el factor de ilusión óptica. Algo que se observa en la construcción más aleatoria, experimental y menos sistemática es que se generan nuevas relaciones formales entre las partes, que pueden dar lugar a nuevos caracteres que pueden aportar nuevos significados. Con ello también se consigue un resultado más diferencial, por lo tanto con más identidad.